Ejercicio físico: ya no tendrás excusa alguna.
Desde hace bastante tiempo, por no decir años, hemos escuchado y leído en multitud de sitios que realizar ejercicio físico tiene numerosos beneficios para la salud.
Puede sonarte a la típica cantinela de anuncio de TV que escuchas desde lejos mientras estás haciendo otra cosa.
Pero, ¿y si es verdad que reservando algunos minutos de tu semana para realizar ejercicio físico es la llave para prevenir muchas situaciones?
Si ya lo practicas…¿sabes qué hacer para poder recuperarte adecuadamente?
¡Sigue leyendo este artículo y te enterarás de esto y mucho más!
¿TAN BUENO ES REALIZAR EJERCICIO FÍSICO?
Pongámonos en situación.
Cuando eras un adolescente, no se te ponía nada por delante.
Incluso la clase de gimnasia era de las que más podía gustarte porque te ayudaba a evadirte después de todo un día lleno de deberes.
Pero claro, vamos cumpliendo años…y ya no te sientes igual al subir una escalera, o al correr detrás de tu peque, o incluso agacharte a recoger algo del suelo te cuesta.
Pues sí…todo eso puede solucionarse o aliviarse con ejercicio físico.
¿Te han contado alguna vez los beneficios DEMOSTRADOS que tiene realizar ejercicio físico?
Dedicando un ratito al día, conseguirás:
- Disminuir la probabilidad de sufrir una enfermedad cardiovascular, porque reducirás una serie de factores de riesgo.
- Reduces el riesgo de síndrome metabólico: por si no lo conoces, se llama así a un conjunto de factores de riesgo que provocan enfermedad cardíaca, diabetes, y otros problemas de salud.
- Mejoras (o incluso puede desaparecer) tu diabetes tipo II.
- Previenes el riesgo de sufrir fracturas: tus huesos, están compuestos por una red mineral que los hace resistentes. Pero con la edad, y aún más si no te cuidas, esta red va disminuyendo. Esto es muy importante sobre todo en mujeres que están en la menopausia.
- Fortalece tus músculos.
- Refuerza tu sistema inmune.
- Reduce la aparición de determinados cánceres como el de mama, colon y páncreas.
- Ayuda a disminuir la fatiga que aparece durante la recuperación del cáncer.
- Mejora la respuesta sexual.
- Protege frente al riesgo de desarrollar demencia o Alzheimer.
- Disminuye los casos de depresión, ansiedad y otras enfermedades mentales.
Como comprobarás, bien merece la pena que te plantees realizar algo de ejercicio. Y esto son sólo los principales beneficios…¡hay más!.

VALE, PERO NECESITO ALGO PARA RELAJAR MI MENTE…
Seguro que te suena eso de: “Mens sana in corpore sano”.
Y es que sí, un cuerpo sano no sólo es el que goza de buena salud. La mente también tiene que estar en condiciones para que tú te sientas bien.
Pero…¿y si a través del ejercicio físico pudieses mejorar tu estado mental?
Es el mejor maestro para disfrutar del momento presente.
Los efectos beneficiosos que la actividad física tiene sobre la mente, están más que demostrados gracias a los estudios realizados por psicólogos del deporte.
Son muchas las situaciones que podrían desequilibrar tu estado mental. Pero casi todas pueden provocar ansiedad, estrés o depresión, a largo o corto plazo.
Realizar ejercicio, te permite canalizar tus pensamientos y energía en algo diferente. Puede cambiar el enfoque general de la vida cotidiana, ya que te supone una distracción de los factores que te estresan.
Durante su realización, el cuerpo libera endorfinas. ¿Sabías que pueden aliviar el dolor?.
Además, después de practicarlo, te sentirás con una mayor relajación y con más optimismo.
También conseguirás aumentar tu autoestima y confianza en ti mismo/a, algo muy importante en tu bienestar.
Te aconsejamos, que si aún no te has iniciado en esto del ejercicio físico, comiences practicando actividades en la que disfrutes.
¡PERO, NO TENGO TIEMPO PARA NADA!
Antes que nada, debes saber que realizar ejercicio físico, no es lo mismo que practicar deporte.
Practicar ejercicio físico es realizar una actividad planificada, estructurada y repetitiva, que tiene un objetivo claro.
En cambio, un deporte es un ejercicio físico en donde se compite.
Como verás, las exigencias de cada actividad son bien diferentes.
En muchas ocasiones, cuando nos hablan de practicar ejercicio físico, pensamos que tenemos que dedicar 8 horas a la semana, entrenar hasta sudar, ir al gimnasio…
¡Pero no es necesario complicarnos tanto! Debemos adaptar e introducir el ejercicio físico a nuestro ritmo de vida, y nuestras necesidades.
Para tener un impacto positivo en tu vida, puedes empezar realizando estas actividades:
CAMINAR:
Media hora al día basta. Y mientras lo haces, además de obtener todos los beneficios físicos que comentábamos más arriba, pon tu atención también en lo que vas viendo: el cielo, los árboles, el canto de los pájaros, la sensación de brisa sobre tu piel…te ayudará a fugarte un ratito de los pensamientos negativos y estresantes.
Empieza a hacerlo unas 3 veces en semana, hasta que puedas llegar a hacerlo 5 veces.
EJERCICIOS DE BAJO IMPACTO:
Puedes realizara ejercicios tomando alguna clase en la que no sudarás la gota gorda, pero que igualmente te aportará los beneficios ya nombrados. Por ejemplo:
- Yoga (hatha o kundalini)
- Chi-kun
- Natación
- Tai chi
Estos ejercicios te ayudan a coordinar tu respiración con tu coordinación. Relajación y bienestar físico.
EJERCICIOS AERÓBICOS:
Por ejemplo, zumba, montar en bici, bailar, …
EJERCICIOS DE ENTRENAMIENTO:
En ellos, usarás más tu fuerza. Siempre adaptándolo a tus circunstancias y necesidades.
Como puedes ver, tienes un amplio abanico en el que elegir. Lo importante, es mantener el equilibrio entre comodidad y reto a la vez.
La idea es que no sea ni tan cómodo como para aburrirte, ni tan difícil para que te parezca imposible.

YO YA HAGO EJERCICIO…¿ALGO QUE ME PUEDA INTERESAR?
Las estadísticas indican que aproximadamente el 50% de la gente que se inicia, acaba dejándolo durante los primeros seis meses.
Y uno de los factores que intervienen es el tema de las lesiones.
Cuando realizamos ejercicio físico, sometemos a nuestro cuerpo a un estrés, debido al gran esfuerzo físico que hacemos.
Al completarlo, nuestro cuerpo necesita adaptarse al estrés que acaba de sufrir, y aquí es donde la etapa de recuperación es algo clave:
- Nuestras funciones fisiológicas deben volver a la normalidad (por ejemplo presión arterial o ciclo cardiaco).
- Reparación de nuestros músculos.
- Reponer las reservas de energía (glucosa en sangre y glucógeno muscular).
- Restablecer diferentes enzimas energéticas que intervienen en la actividad física.
¿Y cómo puedes recuperarte adecuadamente? ¡Toma nota!
- Durmiendo aproximadamente 8 horas.
- Hidratación y alimentación adecuada.
- Masajes, para relajar la rigidez de los músculos, a la vez que eliminan la acumulación de ácido láctico y aumentan el flujo de sangre.
- Reposo: descansar al menos dos días de la practica de ejercicio es fundamental. Así, tus músculos sufrirán menos estrés y se acelerará la recuperación muscular.
Fuentes:
https://www.elsevier.es/es-revista-medicina-integral-63-articulo-ejercicio-fisico-salud-13046277

Desde Farmacia Balmes esperamos que el contenido de este artículo haya sido de utilidad para ti y los tuyos.
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