Caspa: un 50% de la población adulta, la padece o ha padecido alguna vez.
A veces terminar con ella, puede resultar costoso y frustrante. Te contamos los puntos clave que debes conocer.
¡Vamos a ello!
¿QUÉ ES LA CASPA REALMENTE?
En condiciones normales, la piel se renueva cada cierto tiempo, sin darnos apenas cuenta de ello, ya que eliminamos las células muertas a través del cepillado y el lavado del cabello.
Sin embargo, a veces, esta renovación se produce con más rapidez, de manera que estas células muertas se acumulan y se hacen visibles.
Esta circunstancias es la que conocemos como “caspa o pitiriasis”.
Es una situación bastante frecuente, como te indicábamos al principio: hasta el 50% de la población, la padece o ha padecido en algún momento de su vida.

¿POR QUÉ SE PRODUCE LA CASPA?
Determinados factores como el estrés, el cansancio, la contaminación ambiental, algunas enfermedades…Pueden provocar que la piel del cuero cabelludo se vea dañada. La piel, “se defiende”, fabricando más células muertas.
- La mayoría de los casos de caspa se deben a una infección micótica producida por microorganismos de la familia ‘Malassezia’.
- La caspa puede ser originada también por la psoriasis, un eczema, la sudoración abundante o el exceso de grasa en el pelo, así como por desequilibrios hormonales o la ansiedad.
- Otros factores que la provocan serían el cepillado brusco del cabello; el uso de productos que alteren el pH del cuero cabelludo, o la utilización de cosméticos que vuelven más sensible esta zona.
¿SABÍAS QUE EXISTE MÁS DE UN TIPO DE CASPA?
La caspa, puede afectar igualmente a hombres y mujeres, pudiendo surgir en cualquier tipo de cabello y época del año. Ahora bien, cuando más se intensifica, es en las épocas frías y secas del año.
Hay dos tipos principales de caspa:
- Caspa seca: es la más común. Son escamas finas no adheridas al cuero cabelludo que se desprenden fácilmente con el rascado y acaban cayendo sobre los hombros.
- Caspa grasa o seborreica: se trata de láminas amarillentas adheridas al cuero cabelludo y al cabello. Por tanto, no se desprenden fácilmente.
La caspa altera el hábitat natural del cuero cabelludo, favoreciendo la proliferación de dos microorganismos (Malassezia furfur y Malassezia globosa) que viven normalmente en él. Y esto provoca los síntomas que típicamente se asocian a la caspa.
Cuando padecemos caspa, notaremos:
- Picor en el cuero cabelludo más o menos intenso.
- También irritación en la dermis del cuero cabelludo, de las cejas, la barba o el bigote.

¿CÓMO PUEDO TRATARLA?
Dependiendo de la intensidad de los síntomas, te proponemos diferentes alternativas. ¡Toma nota!
- Si la caspa es leve.
Intenta eliminarla lavándote el cabello diariamente para reducir la grasa y la acumulación de células cutáneas. Debes hacerlo con un champú suave que cuide el cuero cabelludo y no sea agresivo con el pH de la piel.
- Si tu caso es más llamativo.
Prueba con un champú anticaspa medicinal. Lava de 2 a 3 veces por semana el cabello con un champú que contenga activos fungicidas, activos que eliminen la caspa, que regulen la proliferación celular y que calmen el picor. Puedes combinarlo con un champú suave.
Recuerda que ser constantes es fundamental, ya que podría pasar un mes hasta que empieces a notar efectos positivos.
Si con el tiempo notas que el champú que utilizas pierde eficacia, prueba a alternar dos tipos diferentes de champú anticaspa.
Si aún así no ves efectos positivos, te recomendamos consultes con un dermatólogo, para que examine adecuadamente tu caso.
Fuentes:
Elsevier.
Club de la farmacia.

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