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El mal aliento o halitosis, es una enfermedad que padece o ha padecido hasta el 30% de la población adulta.
Aunque no es nada grave, muchas personas sufren consecuencias sociales e incluso psicológicas.
¿Sabías que existen diferentes tipos de halitosis?
Conocer cuáles pueden ser sus posibles causas, nos ayudará a prevenirlas.
¡Comenzamos!
¿POR QUÉ APARECE EL MAL ALIENTO?
Generalmente, el mal aliento puede indicar la presencia de alguna alteración que es conveniente corregir. Y en el 90% de los casos, tiene su origen en la boca.
Como ya sabes, en nuestra boca viven muchos microorganismos, que utilizan los restos de alimentos que quedan en nuestra boca, para realizar su ciclo vital.
Al utilizar estos restos, producen unos compuestos de mal olor, que se denominan “compuestos sulfúricos volátiles”. Además, se ha demostrado que pueden influir en el desarrollo de diferentes enfermedades inflamatorias en la boca, como la periodontitis.
Pues bien, en la zona donde más restos de alimentos quedan depositados en la zona posterior de la lengua. Y, por tanto, es allí donde se produce más cantidad de estos compuestos de mal olor.

NO TODAS LAS HALITOSIS SON IGUALES…
Pues sí, aunque todos reconozcamos el mal aliento, debemos saber que no todos son iguales ni tienen el mismo origen. Los vemos a continuación.
Halitosis verdadera:
Es el mal aliento que sobrepasa los límites socialmente aceptables, y puede darse porque se ayuna a primeras horas de la mañana.
Otra causa posibles son:
- Disminución de la saliva (xerostomía), ya sea por el efecto de algunas medicinas, estrés o durante el sueño.
- Ciclo menstrual y embarazo.
- Problemas de estómago (aunque no es lo más frecuente). En estos pocos casos, la bacteria Helicobacter Pylori es la posible causante.
En este caso, puede ayudarte el dentista. Te recomendará una limpieza de boca completa, y un pulido dental que eliminarán de manera efectiva la placa y restos entre los dientes.
Lógicamente, si la halitosis se debe a algún problema de salud que no es bucal, será el especialista quien te indique cómo debes actuar.
Pseudohalitosis o halitosis psicosomática:
En este caso, no existe mal aliento como tal, sino que, de manera subjetiva, pensamos que padecemos de mal aliento, porque interpretamos mal el comportamiento que los demás tienen hacia nosotros (por casualidad vuelven la cara, o se tapan la nariz…).
Halitofobia o miedo exagerado a padecer halitosis:
Suele darse en personas que anteriormente han padecido mal aliento, y tienen temor obsesivo a volver a padecerlo. En algunos casos, llega a ser extremo, y la persona se aísla social y laboralmente.
En este caso, será el psiquiatra o psicólogo quien podrá ayudarte.

DETRÁS DEL MAL ALIENTO, PUEDE HABER UN PROBLEMA…
Como te comentábamos más arriba, detrás de la “halitosis verdadera”, puede haber un problema bucal. Y esto, suele darse en el 90% de los casos.
Los problemas más frecuentes que están detrás son:
La gingivitis. La reconocerás porque verás la encía enrojecida y que sangra fácilmente. A veces, también se puede ver un engrosamiento, como si “tapara más diente de lo habitual”.
La periodontitis. Es un enfermedad de las encías que hay que tratar sin demora, ya que la encía se inflama y sangra. Pero además, la encía puede destruirse poco a poco, y esto afecta lógicamente a la movilidad de los dientes, que pueden desplazarse e incluso llegar a caerse.
¿CÓMO PREVENIR O CONTROLAR DE FORMA EFECTIVA EL MAL ALIENTO?
Siguiendo estos consejos, te será más fácil prevenir y controlar la halitosis. ¡Toma nota!
Cepíllate los dientes a diario y después de cada comida.
Lo ideal es que cepilles tus dientes como mínimo tres veces al día. Esto, te ayudará a prevenir la caries (recuerda que es una causa posible de mal aliento).
Tras el cepillado de dientes, utiliza hilo dental y colutorios específicos.
De esta forma, eliminarás las partículas de comida y la placa dental, de aquellos lugares donde el cepillo no ha sido capaz de alcanzar.
La lengua, también debes limpiarla.
Para ello, en las farmacias te ofrecemos los llamados raspadores linguales. Recuerda, que en la lengua se producen gran cantidad de los compuestos que provocan el mal olor. ¡Consúltanos!
Evita el tabaco, alcohol y el consumo elevado de café.
Son hábitos que reducen el flujo de saliva, provocando tal sequedad que favorece la aparición del mal aliento.
La alimentación puede ayudarte.
Las verduras de hoja verde, tienen elevado contenido en clorofila, que favorece un mejor aliento.
También, las fresas, los kiwis o los cítricos, ayudan a mantener fuertes las encías. Esto te ayudará a prevenir las enfermedades que causan el mal aliento.
Come despacio y de forma regular.
Lo ideal es que hagas 5 comidas y además mastiques bien los alimentos, para evitar su fermentación.
Bebe agua con frecuencia.
Ya sabes que beber mucha agua tiene enormes beneficios. En este caso, beber de forma frecuente hará que estimules la formación de saliva, lo que hará que se limpie de forma natural tu boca y dientes (pero no olvides el cepillado de dientes nunca).
Respira por la nariz y no por la boca.
Por la noche, al respirar por la boca, ésta se reseca, disminuyendo mucho la cantidad de saliva. Y esto, como ya te comentamos anteriormente, favorece mucho el mal aliento.
Si tienes sospechas de algún trastorno, consulta con tu médico.
Generalmente, el 90% de los casos tiene su origen en algún problema bucal. Pero pueden existir casos de que el mal aliento sea el síntoma de alguna enfermedad. No dudes en consultarlo.
El dentista, tu fiel amigo.
Al menos una vez al año deberíamos visitar a nuestro dentista para que nos realice una limpieza dental, elimine el sarro y descare cualquier inicio de enfermedad periodontal. Además de prevenir o tratar el mal aliento, estaremos protegiendo la salud de nuestra boca de forma integral.
Fuentes:
https://www.dentaid.es/uploads/files/magazine/saludbucaldentaid_14.pdf

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