Colágeno: es la proteína más abundante del organismo, llegando a suponer hasta un 6% de nuestro peso total. Es decir, una persona que pese unos 70 kg, tendrá en su organismo, unos 4 kg aproximadamente de colágeno.
Te contamos los puntos clave que debes conocer sí o sí.
¡Comenzamos!
¿POR QUÉ ES TAN IMPORTANTE EL COLÁGENO?
Es uno de los principales componentes de la piel y los huesos. Y la “fábrica de colágeno” en nuestro organismo, se encuentra en unas células llamadas fibroblastos. Están implicados muchos elementos, como por ejemplo la vitamina C.
¿Sabías que existen hasta 16 tipos diferentes de colágeno? Pero en nuestro organismo, más del 80% son de los siguientes tipos:
- Tipo I: el más abundante del organismo. Forma parte de la piel, la musculatura, los ligamentos y tendones.
- Tipo II: sobre todo se encuentra en el cartílago y las articulaciones, así como en el humor vitreo del ojo. Otorga resistencia frente a las presiones.
- Tipo III: presente en los músculos, venas y piel. Aquí actúa como sostén, facilitando la función de expandirse y contraerse. También interviene en la regeneración y reparación de los tejidos cuando hay heridas, cicatrices o quemaduras.
En los músculos, tendones, piel, huesos, … Se encarga de “mantener unido” el conjunto del cuerpo, aportándole firmeza y elasticidad. Además, tiene un papel importante en la hidratación de las estructuras donde se encuentra.
En el caso concreto de los huesos, se mezcla además con diferentes sustancias y minerales, consiguiendo que los huesos sean duros y rígidos.
En los cartílagos, se combina con otra proteína llamada elastina y otras sustancias, formando una especie de gel que absorbe los impactos producidos en el movimiento de las articulaciones.

CON EL PASO DEL TIEMPO, VAMOS PERDIENDO COLÁGENO
Conforme pasan los años y envejecemos, disminuye la velocidad de las reacciones químicas que se dan en nuestro organismo. Y esto, lógicamente, hace que nuestro cuerpo produzca cada vez menos colágeno.
De hecho, se ha demostrado que, a partir de los 25 años, se ha perdido un 1,5% de colágeno. Pero cuando llegamos a los 50 años, el 30 % del colágeno de nuestra piel ya se ha esfumado.
Las principales causas que hacen que perdamos colágeno gradualmente son:
Los radicales libres.
Fumar, es una de las principales causas de la destrucción de colágeno, ya que al fumar, la piel recibe menos nutrientes y oxígeno. Otro factor que genera radicales libres es la radiación UV del sol. El estrés aumenta los niveles de cortisol, que destruye las fibras de colágeno.
Paso de los años.
Nuestro organismo fabrica menos cantidad de colágeno. Además, está muy ligado a la producción de hormonas en la mujer. Conforme disminuyen los niveles de hormonas, menos cantidad de colágeno se fabrica en el organismo.
Alimentación.
Las dietas demasiado ricas en azúcares, dañan el colágeno presente en el organismo. Además, para que el colágeno se forme correctamente, es fundamental que a través de los alimentos aportemos los minerales, vitaminas y aminoácidos necesarios. Y esto se consigue a través de una alimentación equilibrada.
Pocas horas de sueño.
Mientras dormimos, es cuando se produce mayor cantidad de colágeno. Por lo tanto, si sueles dormir poco, tu organismo fabrica menos colágeno del que debiera.
Algunas infecciones, fármacos y dolencias.
Determinadas enfermedades autoinmunes, como la artritis reumatoide o el lupus erimatoso, provocan que disminuya la producción de colágeno.
¿ES CONVENIENTE REPONER EL COLÁGENO PERDIDO?
Como hemos visto en el punto anterior, existen muchos factores que provocan la pérdida de colágeno en el organismo. Algunos de ellos son evitables, y otros no (como es el caso del paso de los años o la llegada de la menopausia).
Llegados a este punto, debes ser consciente de la importancia que tiene el “reponer” de alguna manera ese colágeno que vas perdiendo, sea cual sea la causa que lo provoque.
Si logramos reponer ese colágeno, conseguiremos:
- Mejorar la salud de la piel, uñas y pelo (sí en uñas y cabello también está presente el colágeno).
- Proteger las articulaciones. Esto es así, porque se estimula además la fabricación del líquido sinovial, que se encuentra en las articulaciones, y sirve para amortiguar los extremos de los huesos y reducir el roce entre ellos, cuando las articulaciones se mueven.
Este último punto es útil sobre todo cuando se padece de problemas reumáticos o cuando las articulaciones tienen un especial desgaste causado por el sobrepeso o el deporte.
ES EL TURNO DE LOS SUPLEMENTOS DE COLÁGENO…
La pregunta del millón. En el mercado, son múltiples las opciones de las que disponemos.
Pero debemos tener en cuenta, elegir el suplemento que contenga el tipo de colágeno más adecuado para el efecto que deseamos conseguir.
Como te comentábamos más arriba, el colágeno de tipo I es el más abundante en el organismo. Por lo tanto, elegir este suplemento siempre nos va a resultar beneficioso.
Ahora bien. Si necesitamos un producto específico para mejorar un problema de alguna articulación o de cartílagos, es preferible escoger el colágeno de tipo II, que es el mayoritario en este tipo de tejidos.
Para mejorar la flacidez de la piel, los de tipo I y III son los más adecuados.
La mayoría de laboratorios, venden la combinación de colágeno I y III.
Por otro lado, puedes encontrar en el mercado el llamado “colágeno hidrolizado”. Este, es un colágeno como el resto, pero que ha sido sometido a un proceso llamado hidrólisis enzimática, para que las moléculas que lo componen disminuyan su tamaño y puedan atravesar mejor las paredes del sistema digestivo, y llegar a nuestros tejidos. A efectos prácticos, podrás notar tu piel más elástica e hidratada.
En la composición del suplemento, también podemos observar otros componentes como el ácido hialurónico, vitamina C, zinc, … Que en conjunto van a potenciar los efectos del colágeno, además de aportar otros beneficios.
Destacamos la vitamina C, porque es un ingrediente esencial para la formación del colágeno, además de mejorar su absorción, sobre todo la del colágeno hidrolizado.
Respecto a las dosis, no existe una “cantidad exacta” establecida de forma general. Pero sí se suelen aconsejar dosis elevadas.
Tómalo como mejor te convenga: polvo, cápsulas o comprimidos. El efecto será el mismo. Eso sí, lo ideal es no ingerirlo junto con otros alimentos, sobre todo si llevan proteínas, y tomarlo por la mañana (excepto si la marca aconseja hacerlo por la noche).
¿ALGUNA PRECAUCIÓN QUE DEBAS TENER?
Debes tener precaución si tienes problemas renales o el ácido úrico elevado, siempre que tu médico te haya recomendado ingerir menos cantidad de proteínas.
En general, es un producto seguro y no tiene incompatibilidades. Aún así, te recomendamos que cuando lo compres, te informes de si los ingredientes que puedan acompañar al colágeno, presentan alguna incompatibilidad.
Para el caso especial del embarazo y la lactancia, recomendamos preguntar al médico antes de utilizarlo, aunque no presenta incompatibilidad.

Fuentes:
Elsevier.
Saber vivir.
Cofm.

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